LA IMPORTANCIA DE TOLERAR LA FRUSTRACIÓN

Muchas veces atravesamos en la vida diferentes situaciones que no nos benefician o nos ocasionan algún daño y nos sentimos impotentes al no poder cambiarlo, esto genera en nosotros distintas emociones. Para las personas que saben tolerarla ven esas dificultades como oportunidades de mejora, ya que rescata lo bueno de la lección y buscan alternativas de solución. En caso contrario la persona que no sepa manejarla, se ahoga en un vaso con agua por lo que le genera una sensación de estancamiento y puede tener una reacción no favorable para él o ella, ni las personas de su entorno. Pero ¿Qué es la frustración?

Amsel define la frustración o contraste negativo como el estado o respuesta del organismo que se desencadena cuando un sujeto experimenta una devaluación sorpresiva en la calidad o cantidad de un reforzador apetitivo, en presencia de señales previamente asociadas a un reforzador de mayor magnitud (Amsel, 1992). Este concepto también incluye a situaciones de demora o impedimento de llegar a reforzadores apetitivos. La mayoría de las teorías de la frustración considera que es una respuesta que involucra mecanismos emocionales semejantes a la presentación de estímulos aversivos y que desencadena respuestas análogas al estrés (Amsel, 1958; Flaherty, 1996).

El impacto de la frustración sobre una persona varía de acuerdo a su personalidad y a diversas variables que son difíciles de controlar.

¿Qué tipos de frustración existen?

  • La frustración por barrera: la persona se frustra cuando existe un obstáculo que impide alcanzar su objetivo.
  • La frustración por incompatibilidad de dos objetivos positivos: la frustración aparece cuando existe la posibilidad de alcanzar dos objetivos, pero estos son incompatibles entre sí.
  • La frustración por conflicto evitación: se produce por una huida de dos situaciones negativas.
  • La frustración por conflicto aproximación: aparece cuando una persona se muestra indecisa ante una situación que provoca resultados positivos y negativos en igual medida.

La frustración puede derivar en mecanismos de defensa como ansiedad, rabia, depresión, angustia, ira o en sentimientos y pensamientos autodestructivos , por ello es muy importante aprender a tolerarla, ya que muchas veces podemos reacción de una manera incorrecta ocasionando daño no solo a las personas de nuestro entorno si no a nosotros mismos.

¿Cómo podemos superarlo?

  • Busque un plan B: cuando algo nos dificulte o nos impida alcanzar un objetivo que deseamos podemos canalizar nuestro esfuerzo y energía en lograr otra meta. Tener metas sustitutivas, es decir, buscar un plan B, nos ayudará a superar la frustración.
  • Reconozca sus errores: de esta forma podemos iniciar un proceso mediante el cual trataremos de no cometer los mismos errores del pasado, o sabremos cómo reaccionar ante los hechos que nos impidieron alcanzar una meta. Debemos aprender de aquellas situaciones frustrantes del pasado y no verlas como una situación desagradable, sino como algo que nos dejó una lección y a partir de ese momento luchar por evitar que esa situación vuelva a ocurrir.
  • Quédate con la parte positiva: mediante la experiencia crecemos y aprendemos.
  • No busques la perfección: en general las ideas de perfección e inflexibilidad son contraproducentes para sanar y superar frustraciones.
  • Fomenta tu autoestima y tómate las cosas con calma sin dejarse llevar por presiones externas.