LOS HIJOS Y LOS VIDEOJUEGOS EN ESTA ÉPOCA DE CUARENTENA
Estamos en una época donde las actividades que hacían los hijos al aire libre (jugar fútbol, ir al parque, salir a dar un paseo, etc.) se han visto reemplazadas por actividades virtuales, en especial con los videojuegos, por ende las horas frente a una pantalla también han aumentado. Muchos padres manifiestan su preocupación de la cantidad de horas que pasan sus hijos frente a los videojuegos, y que esto les pueda generar una adicción. Aquello ha generado constantes discusiones para que los hijos dejen por un rato los videojuegos y dediquen tiempo a otras actividades, convirtiéndose en una rutina diaria muchas veces.
¿Cómo es que los niños y/o adolescentes pueden pasar muchas horas frente a los videojuegos?
Si lo hablamos desde el punto de la neurobiología, obedece a que el juego activa un mecanismo cerebral de recompensa, este circuito cerebral, usa un neurotransmisor que es la dopamina y mientras más dopamina se libera, más placer, por lo tanto crea un sistema de querer repetir ese placer varias veces; por otro lado el circuito cerebral de control de la conducta no está plenamente desarrollado en los menores, no lo está hasta los 20-25 años. Por supuesto, los videojuegos son un festival de estímulos que se van dando progresivamente a lo largo del juego y así no se cansen de jugar de ellos.
Y ¿Por qué se le es difícil dejar la consola cuando se les pide?
Porque el mecanismo cerebral que actúa al cortarle el juego equivale a “¿por qué debo dejar de hacer una actividad gratificante?”. Un reciente artículo del Wall Street Journal, compara esta acción con el hecho de quitarle a alguien de la mano una comida que se lo está comiendo y le gusta mucho.
Veamos algunos consejos:
- Hay que poner límites al uso de los videojuegos desde niños. No es aconsejable prohibirlos, pues es una actividad gratificante, se puede jugar, pero un tiempo limitado.
- Realice reglas sobre el tiempo de juego y manténgalas.
- No jugar cada día y, cuando se juega, no más de 2 horas.
- Avisar al jugador unos 20 minutos antes de la hora de apagar la consola, puede ayudar a que no se meta en una nueva misión, un nuevo nivel y luego cueste más que lo deje por estar a medias.
- Tener un reloj visible que les muestre cuánto tiempo juegan.
- Prohibir jugar del todo si el hijo juega mucho no es una buena solución, más si es adolescente. Pueden darse conductas violentas, ansiedad. Hay que hacerles comprender que el abuso es un problema.
- Jugar siempre después de los deberes y las actividades extraescolares. Nunca antes.
- Prestar atención a la clasificación del juego y a la descripción de contenidos.
- Aprovechar el videojuego como una actividad familiar.
- Predicar siempre con el ejemplo.