TERAPIAS ASISTIDAS CON ANIMALES
En 1953 en Estados Unidos el psicólogo Boris Levinson, atribuye a la presencia de animales en sus terapias beneficios para sus pacientes, estableciéndose, así como uno de los pioneros en terapia asistida con animales. “Los animales como co-terapeutas brindan beneficios en los pacientes, sobre todo en la regulación de las emociones y el desarrollo de una buena salud mental”. Levinson realizó sus estudios dentro de su consulta privada utilizando a su perro llamado Jingles, con quien comienza a interesarse por las posibilidades reales que pueden brindar los animales para ayudar a las personas en el mantenimiento y recuperación de la salud. Gracias a los aportes e investigaciones de Levinson, se empezaron a efectuar numerosos estudios en la década de los sesenta sobre la influencia de los animales en la salud humana.
La equinoterapia o hipoterapia. Se sabe que el caballo tiene el más puro instinto de fuerza y nobleza en su contacto con los seres humanos, y esto, añadido a su gran tamaño, ayuda a mejorar las relaciones interpersonales y la autoimagen. La hipoterapia ha sido definida por el National Center for Equine Facilitated Therapy (NCEFT) de EE.UU. como una forma especializada de terapia física que se utiliza para tratar a personas con trastornos del movimiento, asociados a varias afecciones neurológicas y neuromusculares, tales como parálisis cerebral, accidentes vasculares, esclerosis múltiple y traumatismos cerebrales, con vista a normalizar el tono muscular, reforzar la musculatura postural e incrementar la habilidad para llevar a cabo actividades funcionales cotidianas. Debido a la incondicional entrega del caballo, la experiencia se convierte en un gran factor motivacional para el paciente, de manera que niños autistas y con síndrome de Down también se benefician con esto. La acción de montar a caballo produce magníficos resultados en la rehabilitación de músculos, recuperación o mejoramiento del equilibrio y elevación de la autoestima en víctimas de accidentes graves (mutilaciones), parálisis cerebral y otras discapacidades. La armonía del paso del caballo, así como la utilización de la mayoría de los músculos del cuerpo humano al cabalgar, resultan un gran ejercicio para fortalecer aquellas áreas que requieran mayor atención, como pueden ser la hipotonía clásica en los niños con síndrome de Down, la falta de equilibrio por la parálisis cerebral u otras lesiones cerebrales menores, así como el relajamiento de los miembros inferiores en personas que se mueven en sillas de ruedas. La autoestima y seguridad en sí mismo(a) se incrementan a medida que va venciéndose el miedo y ello mejora la integración social de las personas con discapacidad, al compartir la actividad con niños y adolescentes que no la presentan. Los caballos son animales muy nobles y dignos, que no se humillan para demandar afecto: hay que saber ganarse su aprecio y confianza. Su enorme tamaño y poder, así como su inteligencia, les hace especialmente idóneos para tratar a sociópatas
La terapia con delfines. Se reconoce a los delfines como maestros terapeutas, no solo por su conducta hacia nosotros, sino porque emiten sonidos que equilibran la homeostasis de nuestro ser. Aprendemos su sentido lúdico de la vida, a compartir juegos y a relajarnos mutuamente, ya que son animales nerviosos y juguetones, y según investigaciones, muy buenos terapeutas, tanto para niños con discapacidades y ancianos, como para todas las personas que gustan jugar e interaccionar un rato con ellos, por supuesto en su medio. Los delfines emiten sonidos curativos y son sanadores holísticos; en términos generales, esta modalidad es un procedimiento terapéutico basado en un trabajo dirigido al paciente, dentro y fuera del agua, quien se relaciona con las extraordinarias características de tolerancia y apertura de los delfines. Niños y adultos logran incrementar su nivel atencional como resultado del deseo de interactuar con estos cetáceos. El propósito general de una delfinoterapia es motivacional, aunque se pueden lograr otros objetivos relacionados con el lenguaje, la motricidad y el pensamiento conceptual.
Terapia con perros. Principalmente la terapia con canes se enfoca en el plano afectivo al igual que en la motivación del paciente, el animal es un mediador emocional que facilita muchísimo la comunicación terapeuta- paciente; así mismo es una fuente inagotable de motivación que facilita la labor del terapeuta al aumentar el interés y el esfuerzo del paciente durante las sesiones. En terapia psicológica, los canes llegan a causar un gran efecto terapéutico: Reduce el estrés, reduce la presión sanguínea, los perros aportan mayor alegría y voluntad de vivir, su presencia acelera los procesos curativos y ayuda a superar las depresiones. Está comprobado científicamente que los niños que comparten su vida con perros presentan un sistema inmunológico más estable que aquellos niños de familias en las que no hay animal doméstico alguno.
Psi. Miguel A. Tafur
REFERENCIA
Tavera y Orozco (2016). Terapia asistida con animales: aproximación conceptual a los beneficios del vínculo humano – animal. Reflexión. V8 Nº 2 l. l. pp 221-228. ISSN: 2027-2391 file:///C:/Users/Usuario/Downloads/Dialnet-TerapiaAsistidaConAnimales-5909317.pdf
Oropesa Roblejo P, García Wilson I, Puente Saní V, Matute Gainza Y. Terapia asistida con animales como fuente de recurso en el tratamiento rehabilitador. MEDISAN 2009;13(6) http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1029-30192009000600015